Turquía es un país enorme y, como tal, tiene un poco de todo. Hemos visto paisajes hermosos y otros que, no siéndolo, te quitan el hipo por su magnitud. Llanuras de una aridez absoluta hasta el horizonte, sin un árbol ni una casa. Tierras de cultivo que no terminan nunca. Todo a lo grande.
Pero uno de los aspectos que más valoramos del viaje, al margen de los rincones pintorescos que puedas encontrar a lo largo del camino, es el modo en que ha cambiado nuestra idea del país y que estaba construida sobre los prejuicios que tenemos del mundo musulmán.
Turquía es un país moderno, con grandes infraestructuras y un modo de vida que recuerda mucho al nuestro. Quienes lo habíamos visitado años atrás hemos percibido esta occidentalización en todos los aspectos de la vida.
CARACTER
Los turcos son gente amable, con un carácter singular, pues nos han resultado un tanto tímidos y muy serios (en todos los sentidos de la palabra: cumplidores y poco dados a risas, bromas o extravagancias). A veces nos resultaron fríos y distantes, dándonos la impresión de que en ningún sitio nos querían (lo cual puede ser cierto pues ir en bicicleta condiciona mucho la imagen que los demás se hacen de ese tipo de turista) pero, aún siendo así, han sido siempre respetuosos y cumplidores. Luego, en otros lugares, generalmente aislados y con poco tránsito de turistas, han sido super amables. Nos han invitado a tomar té en el jardín de su casa, a comer, nos han regalado fruta o, simplemente, no nos han dejado pagar la cuenta por mucho que nos hemos empeñado en hacerlo. Y todo ello sin aspavientos, con seriedad y sin exceso de confianza.
En las zonas turísticas la cosa es bien diferente, como ocurre en todas partes. Resultan serviciales pero poco dados a darse más allá de lo necesario.
Del modo que sea y en cualquiera de los lugares por los que uno pasa, te sientes cómodo y seguro entre ellos y eso ya es decir bastante de un país.
AVITUALLAMIENTO EN RUTA
No hemos tenido problemas para comprar comida o agua durante la ruta. Es cierto que en algún momento hemos transcurrido por grandes llanuras en las que no había vida humana hasta el horizonte pero eso no nos ha llevado nunca más de un par de horas y antes de emprender semejante trayecto hemos comprado lo suficiente para no pasar sed. Todos los pueblos, por pequeños que fueran, tenían una pequeña tienda en la que podías comprar todo lo necesario.
A media mañana hacíamos una parada para tomar un refresco y a medio día comíamos algo ligero…
BEBIDAS ALCOHOLICAS
Precisamente éste, las bebidas alcohólicas, es uno de los factores que, a nosotros, nos ha ayudado a hacernos una idea del modo en que la religión está mas o menos presente en una zona.
Mientras que en las zonas turísticas puedes encontrar cualquier tipo de bebida alcohólica (fermentados y destilados), en las grandes ciudades es mas fácil encontrar fermentados, salvo en los hoteles en los que te ofrecen de todo, y en los pueblos es difícil que encuentres ningún tipo de bebida alcohólica.
La única ciudad que se ha escapado a esta norma es Konya pues en ella, siendo una gran ciudad, no hemos encontrado fermentados ni destilados.
No siendo unos expertos, sino meros aficionados, un dato que nos ha llamado mucho la atención es la existencia de buenos vinos tanto blancos como tintos. Sobre todo en la zona de Estambul y Goreme.
VISADO
Los españoles no tienen necesidad de hacer ningún trámite previo al viaje. Todo se soluciona en la puerta de entrada sin mayor problema. Tanto es así que ha día de hoy que ya heos vuelto no sé si tuvimos que expedir un visado o no. Lo que sea que haya sido se solucionó al llegar en unos segundos.
REGATEO
La cultura del regateo ha estado tradicionalmente vinculada, en nuestro imaginario, a Turquia, preferentemente a Estambul y, dentro de esta ciudad, en particular al Gran Bazaar. Sin embargo hemos notado que, con la occidentalización del país, esta práctica perdura como una reliquia pintoresca asociada al turista, y nada tiene que ver con lo que encontramos en viajes pasados. De hecho, da la impresión que el Gran Bazaar o el Bazaar de las Especies han perdido toda su autenticidad, es donde hemos encontrado los peores precios, y solo perduran como una representación del pasado destinada mayoritariamente al turismo.
La verdad es que, salvo en Estambul, no hemos regateado en ningún sitio (solo para contratar el coche con conductor que nos llevó a Konya), pero hemos de decir que, por viajar en bicicleta, no nos hemos visto en la necesidad de comprar nada más allá de alimentos.
IDIOMA
Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que en Turquía se habla turco y con eso es suficiente. Fuera de los núcleos turísticos es muy difícil encontrar a alguien que hable ingles, ni siquiera en las grandes ciudades, por lo que tendrás que apañártelas como puedas. Otro factor que le pone pimienta al asunto es que, nuestra fisionomía, debe ser bastante parecida a la suya por lo que, por lo general, se dirigen a nosotros como si fuéramos a entenderles y, a veces, ni siquiera después de haber respondido en español, desisten de la idea de intentar explicarnos "lo que sea" en turco.
En cualquier caso, como en tantos otros países, no ha supuesto una dificultad reseñable y te puedes mover sin conocer el idioma. Bendita mímica.
MONEDA
Tanto se ha europeizado Turquía que, salvo en los pueblos, es posible pagar con euros prácticamente en todas partes. Sin embargo el cambio a Liras Turcas es muy beneficioso para nosotros y no nos obliga a ir haciendo la cuenta del cambio a todas horas, por lo que hemos cambiado todo a Liras turcas y solo en ocasiones de estricta necesidad hemos pagado en euros.
Existen casas de cambio en las ciudades y zonas turísticas. Nuestra percepción es que el cambio en Estambul ha sido mas desfavorable que en otras zonas y, en el aeropuerto de entrada (en nuestro caso Esmirna), casi se podría catalogar de timo. Por lo tanto, si necesitas cambiar en el aeropuerto, cambia lo mínimo para llegar al centro de la ciudad (lo que te pueda costar el taxi) y una vez allí busca una casa de cambio. Hay varias en el centro y el cambio es muy ventajoso.
LA COMIDA
Si bien hemos escrito un capítulo aparte dedicado a la gastronomía, a modo de generalidad hemos de comentar que nos ha parecido que Turquía tiene una dieta bastante equilibrada.
Si bien está basada fundamentalmente en la carne, casi siempre la acompañan de algún hidrato de carbono (pan o arroz) y pocas veces comen grasas (principalmente lácteos en forma de yogourt y quesos).
